Smithers - Haremos una película autobiográfica lo mostraria virtuoso, heroico, y noble...
Mr Burns -
Olvidó la humildad
En el
presente texto hablaremos de como algunos creyentes hacen una interpretación
conveniente de la humildad epistémica para acusar a sus críticos de dogmáticos.
Defenderé que la humildad epistémica tal como ellos la entienden no tiene nada
de humilde y que por el contrario promueve lo que ellos tanto critican: el
dogmatismo.
En pasadas
discusiones algunos creyentes me han acusado de dogmático resumiré sus
acusaciones en dos puntos:
A. El ser
humano no es infalible y se puede equivocar. La razón y la ciencia no son
inmunes al error. Históricamente se ha demostrado que la razón humana se
equivoca; teorías que se creían verdaderas por estar supuestamente basadas en
buena evidencia, en un futuro terminaron demostrándose como teorías falsas.
Así, cuando el ateo defiende tener la razón es dogmático puesto que
por más evidencias en las que se basen sus afirmaciones, éstas pueden en un
futuro ser consideradas como equivocadas. Nadie tiene la verdad absoluta
sólo Dios. Es arrogancia creer tener la razón cuando es claro que el ser humano
no es inmune al error.
B. El ateo no
admite la posibilidad de que existan seres y fenómenos sobrenaturales que hacen
parte de una dimensión espiritual a la que por puros medios racionales no es
posible acceder. La sola razón humana es esencialmente limitada y al no poder
reconocer tal dimensión concluye que no existe. Para comprender ésta dimensión
el ateo debe dejar su arrogancia y recurrir a la fe.
Para
determinar si en realidad son validas éstas acusaciones analicemos el siguiente
ejemplo:
S1 cree que
hay un extraterrestre en el baño (S1 cree que p). La base de su creencia es un
sueño en el cual el ángel Gabriel le revela la presencia de un habitante de
otro planeta en su baño. S2 no cree que haya un extraterrestre en
su baño (S2 cree que no-p). La base de su afirmación es que los sueños no
resultan ser una fuente fiable de información, además al revisar el baño no se
observa ningún extraterrestre: no hay sonidos que delaten la presencia de uno,
no hay evidencias físicas como: huellas, comida, rastros de ADN, uñas, piel,
etc. Pistas o evidencias que tendrían lugar si de hecho existiera un
extraterrestre en el baño.
S1
alega en su defensa que S2 es dogmático. Según S1, la evidencia de S2 puede
demostrarse como falsa. En su opinión no podemos negar la posibilidad de que
nuestra capacidad visual este limitada para poder ver al extraterrestre;
su naturaleza corporal lo podría hacer
imperceptible a los ojos humanos. Tampoco podemos negar la posibilidad de que
el extraterrestre posea una pulsera de tecnología avanzada que le permita
aparecer y desaparecer cada vez que S2 revisa el baño con minuciosidad. En
opinión de S1 negar estas posibilidades es arrogancia. Para él las evidencias
en las que se apoya S2 son insuficientes porque en un futuro próximo éstas
pueden terminar mostrándose como erradas.
Según él esto es suficiente para acusar a S2 de dogmático, atribuye a S2 el creerse inmune al error,
pero el ser humano está muy lejos de ser infalible: frecuentemente saca
conclusiones precipitadas, sus facultades cognitivas son limitadas y se puede
equivocar en sus apreciaciones sobre la realidad ¿Qué nos garantiza que S2 no está
en la misma situación? Estas son las razones que utiliza S1 para seguir
manteniendo su creencia en p.
En defensa de S2
Respecto al
punto A tengo que decir que las razones que da S1 para que S2 abandone su
creencia de que no hay un extraterrestre en nuestro baño no son más que malas
razones hipotéticas sin un fundamento verificable. Tales razones hipotéticas
sólo tendrían validez si existiera buena evidencia que las apoyara, no basta
cualquier cosa que imaginemos como posible.
Que el ser
humano no es infalible y es susceptible al error ¡claro que si!, que en el
futuro cabe la posibilidad de que se demuestre que S2 está equivocado ¡por
supuesto!; no obstante en un caso concreto ésta no es una razón para
controvertir una creencia. Se debe demostrar en específico porque sostener
determinada creencia es un error.
En ese orden
de ideas, no-p puede resultar ser una creencia falsa en el futuro; sin
embargo, la tesis de que el ser humano se puede equivocar no es elemento
suficiente para abandonar la creencia de que no hay un extraterrestre en el
baño. Tienen que justificarse las objeciones con respecto a no-p, por ejemplo:
tendrían que presentar nueva evidencia que controvirtiera contundentemente a
no-p. Mi creencia estará justificada hasta que lleguen razones o evidencias que
la controviertan. Cuando lleguen esas razones y esas evidencias estaremos
dispuestos ha renunciar a nuestra creencia en no-p.
Es también
pertinente observar que éste tipo de defensa oculta un escepticismo
radical. Se desvirtúa cualquier razón o evidencia apelando a la pésima
razón de que esas razones y esas evidencias pueden resultar ser falsas en el
futuro. Así ninguna razón, ninguna evidencia por fuerte que sea, será
suficiente para justificar una creencia; ya que como somos seres falibles,
cualquier creencia puede resultar errada.
Se desvirtúa
el papel de la evidencia. No se diferencia entre las creencias que poseen
evidencia y las que no poseen. Según la postura de S1 la evidencia que apoya la
creencia de S2 no hace especial su creencia. El supuesto hecho de que las
creencias puedan resultar falsas en el futuro es para S1 una razón suficiente
para quitarle valor a las creencias apoyadas en evidencias.
Esto lo que
en realidad muestra es una actitud dogmática reacia ha abandonar su
creencia en p aun a pesar de que le muestren buenas razones y evidencias para
hacerlo. Toda razón que se de en contra de p se “neutraliza” proponiendo un
numero infinito de situaciones ficticias o afirmando que tales razones pueden
resultar ser falsas en el futuro. Este tipo de postura hace más difícil que nos
desprendamos de creencias con evidencia en su contra.
Respecto al
punto B, es curioso que para justificar una creencia en vez de recurrir a
evidencias se recurra a posibilidades. ¿Desde cuando las simples posibilidades
tienen más peso que las evidencias a la hora de justificar una creencia? Las
creencias se justifican cuando están apoyadas en buena evidencia no cuando se
apoyan en meras posibilidades. Y si las posibilidades se utilizan como
justificación éstas deben estar apoyadas en pruebas, no únicamente en la
imaginación.
También vale
la pena llamar la atención respecto a está forma de defensa, que cuando se
invoca el recurso de las posibilidades éstas impliquen una inhabilidad
humana o una restricción cognitiva. En este caso un extraterrestre
imperceptible a nuestra vista, un extraterrestre tímido que con un dispositivo
se esconde cada vez que queremos constatar su presencia. O seres y
fenómenos que hacen parte de una dimensión especial a la que sólo podemos tener
acceso por medio de la fe y no de la razón.
Claro, como
decía Charles Sanders Peirce hay que apagar la luz para darle oportunidad al
milagro. O como en un acto de magia, siempre hay un punto ciego, siempre hay
una cortina tapando un punto clave sin el cual la ilusión no sería
posible. Y en cuestión de creencias religiosas cuando se nos permite revisar,
debemos entrar con los ojos vendados y las manos atadas; porque para salvar la
creencia religiosa, para inmunizarla de la crítica se deben crear limites a la
razón.
Según algunos
creyentes aceptar la inmunidad de éstas creencias es ser humilde. Exigir un
escrutinio racional de ellas es dogmatismo. Repetidas veces me dicen “la
arrogancia de la razón no deja que escuches la voz de Dios”. Pues yo les
respondo que arrogancia es creer que mis creencias son especiales y por ello
merecen un trato privilegiado, un trato favorable que las exime del escrutinio
de la razón.
La humildad
epistémica hablando de manera muy general es la actitud en la que el sujeto
está abierto a reconocer que se puede equivocar, es la disposición del sujeto a
renunciar a sus creencias cuando terminan demostrándose como creencias falsas.
Es la actitud de respeto que el sujeto tiene frente a la evidencia, porque es
la evidencia la que determina nuestro derecho a seguir manteniendo nuestras
creencias o a renunciar a ellas.
Sin embargo
los creyentes tienen una forma muy particular de ver la humildad epistémica y
de promoverla. Cuando ellos se refieren al ser humano como un ser susceptible
al error, cuando afirman que las facultades racionales del ser humano no son
infalibles; no lo hacen precisamente para promover una actitud abierta a
reconocer los errores. Lo hacen para generar una actitud de apego a creencias
sin evidencias; desprestigiando las evidencias que las contradice para negarse al
abandono de creencias sin apoyo probatorio. Por eso la
falsa humildad es una cualidad muy útil sobre todo si se trata de negarnos
rotundamente a reconocer que estamos equivocados.