viernes, 9 de noviembre de 2012

La vida es propiedad de Dios




Según algunos creyentes sólo Dios puede decidir sobre la vida. Así como no decidimos cuando nacer tampoco debemos decidir cuando dejar de existir. Nacemos gracias a la voluntad de Dios y debemos morir de acuerdo a su voluntad. Por lo tanto, Dios es el supuesto dueño soberano de las vidas humanas al ser su creador.

Cuando se afirma que únicamente Dios puede decidir sobre la vida, hay implícita una valoración: si la muerte de alguien es producto de las fuerzas ciegas de la naturaleza es visto como algo bueno; por el contrario si una muerte es producto de una decisión voluntaria es vista como algo malo. Una muerte deliberada es antinatural porque supone cambiar el curso de la naturaleza y los designios divinos. Sin embargo la realidad es otra, el ser humano decide sobre la vida y la muerte a cada momento. Hay casos límite en los que disponer de la propia vida y disponer de la vida de otros es legitimo.


Estamos en un  edificio de gran altura, nuestro piso está en llamas, no hay manera de salir del lugar, los rescatistas y bomberos tienen grandes dificultades para llegar al sitio y apagar el fuego con rapidez. El calor, el humo son insoportables y aumentan cada vez más. Sabemos con certeza que moriremos a causa del fuego. Entonces decidimos saltar del edificio ante la idea insoportable de una muerte dolorosa bajo los efectos del fuego. ¿Es ésta una acción inmoral? ¿Respetaría más la vida si muero a causa de las llamas? ¿Es más natural que muera rostizado por las llamas que si muero por el impacto con el pavimento? ¿Despreciaremos ahora todos la vida por el ejemplo que nos da éste individuo?

¡No! Es un caso que hace parte del conjunto de excepciones. Ante una muerte inminente y supremamente dolorosa el sujeto está en su derecho de tomar la decisión de lanzarse del edificio o de morir de manera lenta y dolorosa por el fuego. Su decisión no se da por un frívolo problema de amor o por la derrota  del  equipo de fútbol favorito o por encontrarse con un número indeterminado de hermosas vírgenes en el paraíso. Es un sujeto obligado por las circunstancias; él no decidió voluntariamente ponerse en una situación tan dramática como esa, pero las circunstancias lo obligan a tomar una decisión frente a su muerte.


Otro argumento que se puede esgrimir es que el ser humano es dueño de su vida porque es responsable de su supervivencia. Para poder sobrevivir se necesitan dentro de muchas otras cosas del esfuerzo humano. Por supuesto  que muchas veces el esfuerzo humano se muestra insuficiente; pero sin embargo sin ese esfuerzo, sin la voluntad de vivir no sería posible que el ser humano existiera. El hecho de que el ser humano sobreviva depende en parte de su esfuerzo. El hombre es responsable de su conservación.  Para poder vivir se requieren de un conjunto de acciones que dependen de su  voluntad y esfuerzo, la inacción nos condenaría a una segura extinción.

En ese orden de ideas es posible afirmar que abstenernos de actuar sería inmoral cuando está en nuestras manos el cambiar el resultado final de los hechos. Esfuerzos por conservar la vida, esfuerzos para proteger a otros de asesinos, terroristas, violadores. Estas circunstancias son una muestra del hombre decidiendo respecto a la vida al ser responsable de su supervivencia.

Hay muchas profesiones casi suicidas que exponen la vida a situaciones de alto riesgo ¿Las consideraremos inmorales? Un hombre decide sobre su propia vida cuando se en lista en el ejército o en otra profesión de alto riesgo: está dispuesto a dar su vida para ayudar a otros y es esto lo que muchas veces sucede: rescatistas, bomberos, policías, hombres antiexplosivos, militares mueren a diario intentando salvar vidas. 


Siguiendo con la profesión militar, en situaciones excepcionales se debe decidir sobre la vida de otros. En una situación de secuestro por parte de  terroristas radicales que buscan atentar contra la vida de civiles; es un ejemplo claro en donde el hombre se ve obligado a decidir sobre la vida y la muerte de otros. ¿Un militar que debe dar de baja a un terrorista que está disparando contra civiles inocentes es un hombre inmoral?

Pero el hecho es que aquí no aparece precisamente el ejército celestial reclamando su derecho exclusivo sobre las vidas humanas y protegiendo a las victimas. Es el ejército terrenal el que arriesgando vidas humanas busca salvar otras en operaciones militares. Aquí el hombre no deja a la suerte la vida de los demás, no dejamos a Dios esas decisiones, no afirmamos “que sea lo que Dios quiera, que pase lo que tenga que pasar” Aquí el hombre decide y actúa legítimamente.

El acto de atentar contra la vida de otro es una acción prohibida y sancionable socialmente, sin embargo en el caso del militar que le da muerte al terrorista lo valoramos de manera diferente; es una situación en la cual se exime del castigo usual porque es una situación excepcional donde el hombre se ve obligado a tomar la vida de otro en protección de los demás.


En estos y en muchos otros casos más ¿Dónde está el soberano de la vida?  ¿Qué no haría un Dios omnipotente y todo bondad que supuestamente considera que la vida humana es algo sagrado de gran valor sobre lo que tiene derechos exclusivos? Pero resulta que es el ser humano el que tiene que entrometerse en sus designios sobre la vida humana, arriesga vidas e interviene para ayudar. Por lo tanto en algunas situaciones los individuos tienen derecho a disponer de su vida y de la de otros legítimamente. 

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